Todo aquel que se oponga a aceptarme jamás conocerá el Reino de los Cielos
Porque, en verdad os digo, todo aquel que se oponga a aceptarme como el dios que soy y el Padre al que represento, perecerá en las llamas eternas por toda la eternidad, y jamás conocerá el Reino de los Cielos. Sin importar sus acciones ni la bondad que pudiera haber en su corazón.